Las sequías prolongadas y las lluvias intensas generadas por fenómenos como El Niño están alterando la biodiversidad en los ecosistemas de agua dulce. Así lo demuestra la investigación de Jorge Machuca Sepúlveda, recientemente graduado del Doctorado en Ciencias de Recursos Naturales de la Universidad de La Frontera, quien estudió los efectos del cambio climático en comunidades de macroinvertebrados acuáticos que habitan ríos mediterráneos de la zona central del país.
La tesis, titulada “Assessing drought effects on benthic macroinvertebrates through the integration of field and experimental approaches”, fue realizada en el Laboratorio de Ingeniería en Biotecnología y Bioquímica Aplicada del Departamento de Ingeniería Química de la UFRO, bajo la dirección del Dr. Jorge Farías. El trabajo combinó observaciones en terreno con experimentos de laboratorio para analizar, desde una perspectiva integrada, cómo estas comunidades responden ante escenarios de estrés hídrico y fluctuaciones extremas en los regímenes de caudal.
Los macroinvertebrados bentónicos —organismos que viven en el fondo de los ríos y que incluyen insectos, larvas y pequeños crustáceos— son altamente sensibles a cambios ambientales y, por lo tanto, actúan como indicadores clave del estado ecológico de los ecosistemas. En este estudio, se evaluó su diversidad taxonómica y funcional en ríos ubicados en dos zonas contrastantes: la nor-mediterránea, más afectada por la megasequía que afecta a Chile desde 2010, y la sur-mediterránea, con condiciones más estables.
El análisis se centró en tres veranos consecutivos (2022, 2023 y 2024), un período marcado por la persistencia de la sequía y, posteriormente, por intensas lluvias asociadas al evento El Niño. Los resultados revelaron patrones diferenciados: mientras en el norte se registró una disminución en la diversidad de especies, también se observó un aumento en la diversidad funcional tras las inundaciones, lo que sugiere una reconfiguración de las funciones ecológicas que estas especies cumplen, más que una simple pérdida de biodiversidad.
Estos hallazgos permiten proponer que los cambios en la estructura y composición de las comunidades de macroinvertebrados pueden ser utilizados como una herramienta de monitoreo para detectar de manera temprana los efectos de eventos climáticos extremos en los sistemas de agua dulce. La investigación también plantea la necesidad de aplicar protocolos de evaluación integrados, que combinen muestreos en terreno y experimentación controlada, para una mejor comprensión de los impactos ecológicos del cambio climático en distintas escalas espaciales y temporales.